martes, 31 de mayo de 2016

IX CIRCULAR DE TEJEDA MEDIA TRAIL

¡Qué dolor de piernas más malo!

Pero, ¡qué bonita carrera!

El pasado sábado 28 de Mayo se celebró la IX Circular de Tejeda en sus tres itinerarios alternativos: 12, 21 y 42 km. Menos mal que no me apunté a la última. ¡Qué dura!

Sobre las 7.00 llegué al pueblo en compañía de Faby que me hizo el enooorme favor de subirme desde Arinaga hasta arriba. Tiene mérito eso de correr brutalidades como ésta con dos operaciones de rodilla. Llegamos a lo justo para ver a los valientes de la maratón empezar a tirar para arriba del monte. ¡Qué brutalidad! ¡+6000m de desnivel!

La carrera empezó sobre las 9.00 como mucha más gente de lo esperado. Tanta que hubo diversos parones a lo largo de los primeros 4km debido a la estrechez del camino y sobre todo, y como digo, a la gran cantidad de gente que se animó. Cada vez me molesta más la gente que sabiendo que no puede ir a un determinado ritmo, sale entre los primeros... es que no le veo sentido, estorban, se ponen en riesgo así mismos y a los demás y encima están todo el tiempo siendo adelantados. Pero bueno,...

Apenas se pudo correr en esos 4 primeros km., casi mejor porque al final mis piernas me lo agradecerían, por la gente y por la enorme subida. Más de 600m en apenas 4km. siempre tirando hacia arriba y con algunas pendientes imposibles.

Llegué corto de entrenamientos, falto de kilómetros y sobre todo con un resfríado de cuatro pares de narices. Eso sí, fuerte de piernas. Pensé en tomarlo con tranquilidad al principio y apretar cuesta abajo pero aun así creía que iba a llegar muy flojo al final. Realmente no ocurrió esto. Lo que ocurrió fue que a pesar de subir toda la montaña andando, eran tan duros esos 6,5km primeros hasta la Degollada Becerra que me dejó maduro maduro maduro... como a todos eso sí. El primer avituallamiento dio la vida... y luego a subir hasta el Roque Nublo.

Las vistas, los senderos, la carrera en sí: impresionante. Ver el Teide a lo lejos por una vertiente, Las Palmas por la otra, y siempre con el Bentayga y el Roque Nublo vigilantes, no tiene precio. Y el ambiente y la gente, sencillamente espectacular. No recuerdo ahora mismo una carrera en que mejor me lo haya pasado. Todo el camino sufriendo pero también riendo, charlando y por supuesto quejándonos de la dureza.

Llegar hasta el Roque Nublo fue un alivio porque a partir de ahí había más por bajar que por subir. Y la bajada fue espectacular. Eso sí, otra queja, entiendo que haya gente a la que no le guste morir bajando pero que no vayan frenando todo el rato... que estiren las patas un poquillo... Yo tuve suerte porque salvo un par de pavos y unas chicas que fueron frenando al grupo, enganché con un pibe que me fue haciendo la bajada a un ritmo vertiginoso. Adrenalina pura, a pesar del dolor de piernas que ya arrastraba casi desde el km 4. Parada en un avituallamiento cercano a la mitad de carrera y sendero sube y baja hasta acercarnos al lomo de la montaña que da al barranco de Tejeda. Eso sí, el pueblo parecía estar muy lejos todavía.Cada cuesta se hacía imposible ya de correr, en condiciones normales hubiese podido subir sin problemas a ritmo, pero con los cuadriceps prietos, casi al límite de decir basta, la mejor opción siempre era echarse a caminar.

Subimos hacia una pequeña loma, ya con Tejeda a la vista, para alcanzar el último avituallamiento hacia el 17. Sales y mucho azúcar y comida. Se iba a hacer larga la última parte. Bajé a tope, al 100% por un camino de cabras bastante peligroso, siempre detrás de un chico con la camiseta del Guagua Trail hasta que el camino se complicó en demasia y tuvimos que pararnos porque había gente de la carrera de 12km por adelantar. La última subida fue dolorosa aun caminando. La pendiente de entrada al pueblo: una tortura. Y aun así quedaba algo de dignidad y piernas para ir a buen trote los últimos 500m hasta la meta. 2h 57´47" (67º de la categoría) de tortura continuada, casi 3 horas de belleza sin igual, de casi 1500m de desnivel acumulado, de buen rollismo y de cachitos de adrenalina salpicados con dolores. 

Todavía me duele hasta el paladar, tres días después. El post-carrera lo comparo con cualquiera de mis otras 4 maratones, incluso con la de Lanzarote. La carrera es sin duda la más dura en la que he participado. Y puede ser que aun esté fresca y no sea capaz de recordar otros momentos inolvidables de esto de las carreritas, pero así, a bote pronto, diría que esta fue la carrera más bonita de todas las que he corrido: por lugar, por recorrido, por dureza, por organización,... por todo, pero sobre todo por el ambiente maravilloso y por la gente... la gente del trail, es otro rollo.

¡HUYE DE LO LLANO!



Min. 1:55 sale el tío aportando calidad ;)

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